UN GRAN CAMBIO… UNA SOLA FUERZA
Escrito
por: Sara Gavidia
Todo
comenzó el Viernes 7, cuando mis compañeros y yo nos fuimos de retiro de
confirmación a una casa de retiro llamada, “Laura Vicuña”; al entrar a este
lugar, todos se quedaban asombrados, ya que era muy hermosa y daba una
sensación de paz, que todos no tardaron en notar.
A
las 5:30 pm más o menos tuvimos que olvidarnos de celulares y cualquier
distracción, ya que el propósito de nuestro retiro era poder encontrarnos con
nosotros mismos y con Dios, para poder remediar todos los pecados que hayamos
tenido y todas esas cosas que no lográbamos superar. Además de ello, se buscaba
hacer un lazo de amistad más fuerte entre todos nosotros, puesto que como todo
grupo de ser humanos, siempre hay discusiones y peleas, que no siempre se llegan
a perdonar de corazón. Por ello nos dividieron en tres cuartos; los chicos, que
eran diez, durmieron en un mismo cuarto; a las chicas nos dividieron en los dos
cuartos restantes, pero no se pudo elegir con quién dormir, sino que nos
mezclaron de acuerdo al plan que ya tenían organizado. Eso me pareció una gran
idea, ya que al estar siempre con un mismo grupo de amigas, no se llega a
conocer verdaderamente a todas mis compañeras. Pero esta vez pude compartir
lindos momentos con mis amigas, quienes son también muy alegres y divertidas e
hicimos muchísimas locuras, sin descuidar el verdadero propósito de esta
actividad.
A
lo largo de todo el fin de semana, experimentamos todos muchísimos
sentimientos, que nos han hecho cambiar de algún modo, porque nos hemos
enamorado de Jesús y vemos en ÉL el verdadero camino de amor y paz, que toda
persona necesita. Dios no es alguien que castiga, sino más bien es nuestro
Padre misericordioso, que siempre estará con nosotros, sin importar que
acciones o errores cometamos. Todo esto lo pudimos comprobar, puesto que
sentimos el poder de Dios sobre nosotros, cuando a pesar de reconocer nuestros
pecados, había algo que nos motivaba a seguir adelante, nos daba una alegría
increíble, nos sentíamos renovados y sobre todo nació en mí un sentimiento de
libertad y pureza, que jamás olvidaré y trataré de conservarlo por siempre. Sé
que esta tarea no será fácil, puesto que el camino para llegar a Dios requiere
sacrificio y muchísima confianza en ÉL, porque uno no puede llegar a amar a
alguien, si tiene miedo e inseguridad; el amor es fuerza y entrega, como Jesús
nos lo enseñó con su muerte en la cruz.
Para
finalizar mi pequeña anécdota, quisiera contar la experiencia que tuvimos con
la comida, debido a que ahí se notó el verdadero compañerismo que había entre nosotros,
porque nos tratamos de organizar de tal manera, que todos quedemos satisfechos
y sin hambre. Fue una tarea un tanto difícil, ya que muchas veces todos se
llenaban, pero sin embargo hacíamos hasta lo imposible por acabar todo lo
servido. En este retiro pase muchísimas anécdotas, que jamás olvidaré, ya que
me hicieron reflexionar bastante y me di cuenta de errores que pasaba por alto,
pero que sin embargo eran los que me iban manchando mi persona; debido a esto
quería agradecer de todo corazón al profesor Levi, al padre Cristian, al
profesor Oscar y a las Schwester Leticia y Edith, a mi papás y a todos cuanto
hicieron este retiro posible, porque el tiempo compartido con todos mis amigos
fue algo maravilloso, e increíble, ya que sentimos con mayor fuerza la
presencia de Dios entre nosotros.
¡MUCHAS
GRACIAS! Y espero les haya gustado esta pequeña reseña, sobre mi anécdota en mi
primer retiro… Recuerden nadie nace perfecto, pero puede intentar serlo y eso
es lo que Dios quiere de nosotros, que intentemos hacer el bien y jamás
digamos, no puedo… ¡Dios te ama!
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