viernes, 6 de junio de 2014

Una Experiencia Contada con Amor


Elaborado por: Sara Gavidia- IV 

El día que se celebró el día de la madre en nuestro colegio, los alumnos del cuarto de secundaria, tuvimos que cuidar a nuestros menores compañeros del pre-kinder, kínder, primer y segundo grado. Esto fue para nosotros algo que no nos lo esperábamos, por esto nuestra primera reacción al recibir la noticia fue de protesta, ya que nadie creía poder realizar correctamente la tarea asignada.

Todos llegamos ese día temprano y antes de desplazarnos a nuestros respectivos lugares nos deseamos buena suerte. La formación comenzó y todos los que cuidaban primaria estaban ya con sus respectivos salones. Esta parte de la tarea fue relativamente fácil, debido a que los profesores se encontraban todavía ahí; la parte más difícil comenzaría estando en los salones, porque los niños se sentirían en mayor confianza.

Como el salón que me tocó tenía a su profesora, decidimos mi amiga y yo ir a ayudar a mis otras compañeras que estaban solas en un salón de primer grado. Cuando llegamos los niños todavía estaban acomodando sus cosas, pero al finalizar de hacerlo les preguntamos su nombre y nos presentamos. Ellos se mostraron al principio un poco tímidos, pero luego se soltaron y nos agarraron mucha confianza, por esto pudimos hacer muchos juegos y bromas con ellos. Estuvimos cuidándolos por más o menos 3 horas, las cuales fueron muy gratas para todos. Por tal motivo al encontrarnos todos después de haber realizado nuestra tarea, nos mostrábamos muy contentos y con nuevas experiencias que contar.


Lo que pensamos era difícil de realizar, resultó siendo algo gratificante por el efecto de ternura que los niños nos manifestaron. 

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